lunes, 1 de junio de 2015

EPISODIO #1: ¿ES REALMENTE DIFERENTE LA INNOVACIÓN EN EL TSAS? Por Ferrán Cobertera.

Por diferentes motivos, en los últimos meses he estado charlando con varios colegas recabando opiniones sobre qué opinan en torno la innovación en el TSAS, y lo cierto es que vistas en perspectiva, todas esas personas arrojaban visiones sobre la innovación que me parecieron muy interesantes. Os comparto algunas de las ideas que más recuerdo.

Una persona con la que estuve hablando mientras tomábamos un café me comentaba que el principal elemento diferenciador de la innovación desarrollada en el TSAS es el resultado. En cualquier proceso de innovación del sector, el resultado esperado es la rentabilidad social, entendida como el beneficio que los grupos e individuos en situación de vulnerabilidad obtienen de los servicios desarrollados por las organizaciones del TSAS. A este respecto, mi amiga me decía que “[la innovación en el TSAS debe estar centrada en] la búsqueda de la eficacia y la eficiencia en las formas de trabajar. Buscar el máximo rendimiento para optimizar la organización y sus servicios para alcanzar mayores cuotas de rendimiento social.

En esta línea, otra persona me indicaba que “el TSAS no debe buscar el lucro. Además ciertas organizaciones [del TSAS] gestionan su actividad desde el voluntariado o desde el compromiso militante de sus activistas. Sin embargo, el sector privado tiene una perspectiva de lucro que no tiene ese enfoque.” 
Reafirmando esta idea, otra colega me comentaba que “el TSAS puede innovar desde la cercanía a las personas, desde el conocimiento de las dinámicas sociales y familiares de las personas con las que trabaja y esa intimidad lo hace altamente interesante. El TSAS lucha constantemente por la dignidad y los derechos sociales, cosa que no hace el sector privado.

En contraposición una cuarta persona añadía que “no hay características diferenciales en el proceso de innovación realizado por el TSAS o el realizado en el sector privado, sino innovación bien hecha o innovación mal hecha.
Es especialmente interesante la aportación de otro amigo que me comentaba que la innovación en el TSAS “se sitúa en la sociología de los márgenes. Tiene sentido en la medida en que los individuos y los equipos crean, proponen e innovan desde el filo de la navaja. En el momento en el que los innovadores den pasos excesivamente ambiciosos, se encuentra el abismo. Si no dan los pasos suficientes, se encontrarán el sistema. Es, por tanto, preciso situarse en un espacio donde el sistema afecte a los procesos de innovación, pero no en una posición absoluta que los dificulte. Estar en el sistema significa estar imbuido por las reglas del juego de las administraciones públicas o de las organizaciones más tradicionales. Estar en el otro lado significa no estar en la realidad de las cosas. Un ejemplo de esto es la de los trabajadores sexuales. Estar en el filo, significa darles voz, más allá de los enfoques más tradicionales de las investigaciones y de las aproximaciones desde la salud pública. Esta aproximación permite y ocasiona nuevas metodologías, nuevo cuerpo metodológico y evita estigmas.

Después de aquellas conversaciones, si tuviera que resumir algunos de los atributos más relevantes expresados respecto a la innovación en el TSAS, diría que había cierto consenso en torno a los siguientes:
  1. Debe generarse desde las personas vulnerables y desde la red territorial, y no únicamente desde las estructuras centrales de las organizaciones.
  2. Debe incorporar factores de horizontalidad y de socialización de la innovación. Esto implica que debe haber cambios organizativos que contribuyan a horizontalizar las organizaciones y a centrifugar los recursos desde el centro (estructuras centrales), hasta la periferia (las unidades locales de las organizaciones con implantación en más de una localidad).
  3. Debe incorporar a muchas personas participando e implicar a diversas y diferentes áreas de las organizaciones.
  4. Debe ser transferible y compartirse de una manera fácil.
  5. Debe soportarse sobre el conocimiento objetivo de la realidad.
  6. Debe estar altamente dirigido a las personas vulnerables, situándolas en el centro del proceso de innovación.
  7. Debe generar entusiasmo y optimismo.
A modo de cierre de este primer episodio, pese al hecho diferencial y potencialidad del TSAS en el ámbito de la innovación, diferentes motivos lo sitúan, en líneas generales, como un sector escasamente innovador. Entre esas causas el Manual de Oslo afirma que “a menudo, la innovación en los sectores cuyo contenido tecnológico es de tipo bajo o medio recibe menos atención que la innovación en los sectores de alta tecnología. […] La progresividad de la innovación y la adopción de innovaciones son las características más destacadas de los sectores de bajo o medio contenido tecnológico.” 

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con la cuarta opinión, pero como dijo un gran filosofo español: "Salvo alguna cosa" No es lo mismo la innovación en el tercer sector que en el sector lucrativo, lo mismo que no es igual la innovación en Cruz Roja que en Cocemfe ni entre Google y Carrefur.
    Por cierto, si en los siete puntos en vez de "personas vulnerables" estuviera la palabra "cliente" ¿No podría estar perfectamente en el tríptico de una organización lucrativa?

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