Posiblemente se pueda vincular la
práctica de la meditación Zen y el desarrollo personal, incluso la contribución
de ésta al buen clima organizacional, pero no es mi pretensión.
Mi intención es reflexionar
sobre el conflicto y para ello comenzaré exponiendo algunos elementos que lo
caracterizan. Deben existir dos o más partes, teniendo cada una de ellas actitudes,
posiciones, intereses, necesidades o deseos contrapuestos, enfrentadas o en lucha.
Es importante destacar que en el desarrollo del conflicto, las emociones y
sentimientos tienen un papel significativo.
Los conflictos son,
como afirma Johan Galtung, inherentes a todos los sistemas vivos en cuanto que
son portadores de objetivos. En algunas etapas de la historia fueron como la force motrice que contribuyeron a
generar verdaderos cambios en provecho del hombre, pero en otras,
transcendiéndose a sí mismos y convirtiéndose en violencia, condujeron hacia
una deshumanización absoluta.
Puesto que están
presentes en toda organización, desde la familia hasta la gran empresa, y tienen una energía capaz de generar cambios,
es importante entenderlos, estudiarlos y transformarlos para poder aprovechar
las oportunidades de mejora que nos ofrecen. Además en el mundo de las
entidades no lucrativas de acción social, en el se trabaja intensamente en
equipo y se generan muchas emociones y contradicciones, son aún más frecuentes.
Según Johan Galtung,
contar con una imagen consciente y cabal del conflicto, con todos sus aspectos
profundos, será una conditio sine qua non
para transformarlo, por tanto las entidades en las que sus miembros no sean
conscientes de los conflictos y no empleen una metodología adecuada para su
transformación, serán más vulnerables, ineficaces y con menos control sobre sus
resultados que las que si lo hagan.
Es necesario que las
entidades tengan su momento CEN (basado en la metodología de Galtung), que
consiste en emplear la Creatividad para superar la contradicción que se ha
generado, la Empatía para suavizar las actitudes y la Noviolencia para ajustar
los comportamientos. Para ello tendremos
que desarrollar esta capacidad organizacional, ya que si el momento CEN es
aprendido de forma individual no se garantiza el éxito en el proceso de
transformación del conflicto.
Concluyo la reflexión afirmando
que se puede vincular la práctica de momentos CEN y el desarrollo personal,
incluso la contribución de éstos al buen clima organizacional.
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