martes, 28 de abril de 2015

MOMENTO CEN. Por Pedro Del Río



Posiblemente se pueda vincular la práctica de la meditación Zen y el desarrollo personal, incluso la contribución de ésta al buen clima organizacional, pero no es mi pretensión.


Mi intención es reflexionar sobre el conflicto y para ello comenzaré exponiendo algunos elementos que lo caracterizan. Deben existir dos o más partes, teniendo cada una de ellas actitudes, posiciones, intereses, necesidades o deseos contrapuestos, enfrentadas o en lucha. Es importante destacar que en el desarrollo del conflicto, las emociones y sentimientos tienen un papel significativo. 


Los conflictos son, como afirma Johan Galtung, inherentes a todos los sistemas vivos en cuanto que son portadores de objetivos. En algunas etapas de la historia fueron como la force motrice que contribuyeron a generar verdaderos cambios en provecho del hombre, pero en otras, transcendiéndose a sí mismos y convirtiéndose en violencia, condujeron hacia una deshumanización absoluta. 


Puesto que están presentes en toda organización, desde la familia hasta la gran empresa,  y tienen una energía capaz de generar cambios, es importante entenderlos, estudiarlos y transformarlos para poder aprovechar las oportunidades de mejora que nos ofrecen. Además en el mundo de las entidades no lucrativas de acción social, en el se trabaja intensamente en equipo y se generan muchas emociones y contradicciones, son aún más frecuentes. 
 Según Johan Galtung, contar con una imagen consciente y cabal del conflicto, con todos sus aspectos profundos, será una conditio sine qua non para transformarlo, por tanto las entidades en las que sus miembros no sean conscientes de los conflictos y no empleen una metodología adecuada para su transformación, serán más vulnerables, ineficaces y con menos control sobre sus resultados que las que si lo hagan.
 
Es necesario que las entidades tengan su momento CEN (basado en la metodología de Galtung), que consiste en emplear la Creatividad para superar la contradicción que se ha generado, la Empatía para suavizar las actitudes y la Noviolencia para ajustar los comportamientos.  Para ello tendremos que desarrollar esta capacidad organizacional, ya que si el momento CEN es aprendido de forma individual no se garantiza el éxito en el proceso de transformación del conflicto.


Concluyo la reflexión afirmando que se puede vincular la práctica de momentos CEN y el desarrollo personal, incluso la contribución de éstos al buen clima organizacional.






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